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Note: The following information is presented in English and Spanish
Aviso: La siguiente información se presenta en inglés y en español

 

November 9, 2016

Dear Colleagues in Ministry,
“There is no fear in love, but perfect love casts out fear.” — 1 John 4:18
In the last few hours, we have all felt the ground shift beneath us with the results of the Presidential election. For about half our population, the unexpected results were greeted with jubilation, for the other half with dismay and disbelief. No matter what our position, we can all agree that this election has taken place against a background of fear. For many of those supporting Mr. Trump, there was much anxiety about being overwhelmed by outside forces threatening their families and way of life. Now after the election, supporters of Mrs. Clinton worry about the loss of gains they may have towards a more just society. And everyone, it seems, is anxious about what exactly is going to happen next!
Our faith, of course, has something to say about our fears. We remember first as Christians that our ultimate allegiance is not to any candidate or political party (none of whom can ultimately save us) but to Jesus. He is not president, but Lord. The perfect love he shows us means that we need to be especially aware of, and responsive to, the anxiety that is around us. We must face the fearfulness that is within us, remembering that God is always by our side, no matter what happens. We must also remember to reach out those who may be feeling especially vulnerable right now: Muslims, African-Americans, Hispanics, the LGBT community, women, and others.
I think we can all agree that during the past months, “our better angels” were not always at work. We all were swayed by rhetoric that had more to do with character assassination than with issues.
My prayer is that we begin to move on, not dismissing our fears, but not being overcome by them either, which will only leave us cynical, angry, and detached from the political process.
Whatever side we may be on, we now have the chance to prove to our divided nation that there is common ground to be found in our ministry! We do that through the simple, but courageous, acts of love and compassion that we show to our families, our congregations, and our neighborhoods.
Please know that my prayers continue for all of you, for our church, and for our country.
Faithfully,

[I would also commend to you the video from our Presiding Bishop, which may be found here.]

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Noviembre 9, 2016
Estimados colegas en el Ministerio,
“1Donde hay amor no hay miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo.” – 1 Juan 4:18
En las últimas horas, todos hemos sentido el cambio de terreno bajo nuestros pies con los resultados de la elección presidencial. Para la mitad de nuestra población, los resultados inesperados fueron recibidos con júbilo, para la otra mitad con consternación e incredulidad. No importa cuál sea nuestra posición, todos podemos estar de acuerdo en que esta elección ha tenido lugar en un contexto de miedo. Para muchos de los que apoyaban al Sr. Trump, había mucha ansiedad por verse abrumados por fuerzas externas que amenazaban a sus familias y su modo de vida. Ahora, después de las elecciones, los partidarios de la Sra. Clinton se preocupan por la pérdida de ganancias que pudieron haber tenido para una sociedad más justa. Y todo el mundo, al parecer, está ansioso acerca de lo que exactamente va a suceder en el futuro!
Nuestra fe, por supuesto, tiene algo que decir acerca de nuestros miedos. Recordemos primero como cristianos que nuestra máxima lealtad no es a ningún candidato o partido político (ninguno de los cuales puede salvarnos en última instancia), sino a Jesús. No es presidente, sino Señor. El amor perfecto que nos muestra significa que necesitamos estar especialmente conscientes de la ansiedad que nos rodea y responder a ella. Debemos enfrentar el temor que hay dentro de nosotros, recordando que Dios está siempre a nuestro lado, pase lo que pase. También debemos recordar a quienes ahora se sienten especialmente vulnerables: los musulmanes, los afroamericanos, los hispanos, la comunidad LGBT, las mujeres y otros.
Creo que todos estamos de acuerdo en que durante los últimos meses, “nuestros mejores ángeles” no siempre estaban en el trabajo. Todos estábamos influenciados por la retórica que tenía más que ver con la difamación de personajes que discutir los problemas cotidianos.
Mi oración es que comencemos a seguir adelante, no descartando nuestros temores, pero sin ser vencido por ellos tampoco, lo que sólo nos dejará cínicos, enojados y separados del proceso político. Cualquiera que sea nuestro lado, ahora tenemos la oportunidad de probar a nuestra nación dividida que hay un terreno común que se encuentra en nuestro ministerio. Lo hacemos a través de los actos de amor y compasión, sencillos pero valiosos que mostramos a nuestras familias, a nuestras congregaciones y a nuestros vecindarios.
Por favor, sepan que mis oraciones continúan para todos ustedes, para nuestra iglesia y para nuestro país.
Fielmente,

[También les recomiendo el video de nuestro Obispo Presidente, el cual puede encontrarse aquí.]

 

 

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